Jóvenes enamorados

Hoy hablamos de un día especial, un día en que Cupido con sus flechas consigue enamorar a las personas, un alcahuete más, este día recibe un nombre para ser recordado en nuestras memorias, San Valentín, un día tan especial... pero un momento... ahora que lo pienso, ¿qué tiene de especial? no es fiesta, tiene 24 horas como cualquier otro... ¡Ah, no! ya caigo... lo que hace tan especial este día son la cantidad de niños que interrumpen las clases para repartir las cartas de amor, aun que la gran mayoría son de amigos o de gente que se aburre y quiere gastar una broma y incluso algunas de algún machote que se escribe a sí mismo intentando imitar letra de chica para presumir ante sus compañeros.

Pero no todo son bromas, también es un día donde los jóvenes enamorados aprovechan para sacar-le unos euritos a papa y a mama y así invitar a sus novios a cenar, pasar por al lado del chino (vaya fortuna le habrán dado los papis) y ver a todos los novios con las velitas dando-se los regalos, él huele a la colonia de su padre y ella en un intento de maquillar-se ha creado un mosaico en su cara, puede que ellos mismos años después tras ver esta situación se rían, pero hoy por hoy se piropean y realmente creen que así es.

Gente que aprovecha este día para ilusionar-se y vivir al máximo esta ilusión con su pareja, sin importar la edad, esta gente lleva buscando una semana un regalo y escribiendo una carta intentando sacar a relucir sus sentimientos, los más creativos componen una poesía o una canción, pero el objetivo de todos es tener un día que recordar con su pareja.



Ella se mira en el espejo, piensa "todo saldrá bien",
siente dudas pero esta contenta, será su Edén
donde el sueño adolescente se convierta en realidad,
abre la puerta de su hogar y su príncipe espera fuera...
Mientras va con él está soñando, todo es mágico,
hablando del tiempo y del alma, de los sueños clásicos,
una casa, unos niños que juegan, el dulce verso,
una promesa, una fe que está ciega.
El suave verso que la lleva a otro espacio y allí son cómplices,
dos niños, paseando y demostrando el cariño con caricias frágiles.
El paraíso, piensa y recuerda a sus padres,
el amor de dos caminos dispares fue su recompensa,
el milagro de nacer, la esencia del instante,
de juntar nuestras almas y amar el sueño del presente,
paseando con la mente despierta y estando en trance,
cuando está con él siente que nada es importante...
No recuerda... su fiel fracaso, el sabor amargo,
pero él es diferente, lo siente, a cada paso que caminan juntos,
el sol y el brillo de su espíritu dicen de él que es noble y sencillo
que ama su juventud, sentados en la estancia del placer,
de ver como pasa el tiempo juntos, sin un destino que vencer,
sin un mundo de traiciones, solo búsqueda y sonrisa.
En esta habitación donde dos almas se deslizan...