Contigo nunca estaré solo...

Pedrito estaba jugando a fútbol con sus amigos en el descampado de detrás de la iglesia con sus amiguitos del pueblo, era su cumpleaños y le habían regalado un balón nuevo así que tuvo la brillante idea de estrenarlo echando un partido en el descampado, llamo a todos sus amigos y se fueron a jugar.

Pero vaya... que mala suerte, han colado el balón en el cementerio, discuten sobre quien tiene que ir a recoger el balón y mientras tanto cae la noche... cada vez se hace más oscuro y nadie quiere ir, Pedrito se enfada, pero todos los niños se van marchando uno a uno, es tarde y hay que volver a casa, Pedrito se queda solo... no puede dejar el balón ahí, ese regalo se lo ha mandado su padre... para Pedrito es muy importante ya que su padre es un hombre de negocios que viaja continuamente alrededor del mundo y escasas son las horas que pueden compartir, cada carta que le envía es el momento que le alegra el día y cada letra escrita un pellizco de ilusión y esperanza... pero sus amigos son incapaces de comprender la importancia de ese balón para Pedrito.

Está claro, él no puede dejar ese balón ahí tirado, de modo que Pedrito se traga su miedo y entra dentro del cementerio en busca de su balón, el silencio de la noche atormenta a Pedrito y la oscuridad no le deja ver más allá de sus pies. Finalmente ve el balón encajado en las ramas de un árbol, intenta subir para recuperarlo pero cae en reiteradas ocasiones contra el suelo haciéndose varias heridas y arañazos en el cuerpo, cuando consigue recuperar el balón corre hacía fuera del cementerio que tanto terror le produce y tropieza en varias ocasiones lastimándose una y otra vez, Pedrito llega a casa llorando y abrazado al balón, su madre le cura las heridas, pero no será capaz de curar la herida que le han echo sus amigos al dejarlo allí solo...

Al día siguiente en el colegio sus amigos preguntan interesadamente por las heridas de Pedrito y esté les cuenta la historia, sus amigos critican y se ríen de su actitud "infantil" de enfadarse tanto por un balón y discuten de nuevo, Pedrito no quiere volver a jugar con sus amigos y se siente solo... pero él no se arrepiente de su actuación, pasaran los días y Pedrito seguirá solo jugando a chutar el balón contra la pared día tras día...

Al parecer Pedrito está solo, pero realmente él sabe que su padre estará orgulloso de él... seguro que el balón de su padre nunca le dejará solo ni se reirá de él...



Nadie puede hacer que te sientas inferior si tú no se lo permites. Tal vez el complejo de inferioridad sea solo eso... un complejo... mientras tú no te sientas inferior los intentos de las personas por conseguir humillarte son en vano.

Vale más mi sueño que el dinero... puedo vivir de una alegría...